jueves, 18 de junio de 2009

Palabras en la Orilla




Estas palabras fueron rescatadas en la orilla de un espejo roto.
Aquí se reproducen respetando su orden en el momento del hallazgo.
Mis lectores sabrán descubrir nuevas formas de combinar sus ecos.

Palabras en la Orilla Poema nº 1


La voz antigua de un barco
te vomitó en la orilla del río.
Las olas, generosas, te acercaron,
pero en seguida,
mezquinas de tu aliento sobre la geografía
de mi cuerpo,
te extraviaron nuevamente.

Ahora,
sobre estas páginas en blanco,
intento trazar tu recuerdo,
atar tu presencia a los renglones,
arrebatar tu nombre a la marea.

Palabras en la Orilla Poema nº 2


Estabas entretejido a mi carne,
como mis venas y mis arterias.

Con la ausencia,
gota a gota,
todo fue un poco más gris
y plano.

El color, la poesía, la música, la metáfora,
se deslizaron a través de los resquicios
hasta dejarme vacía el alma.

Pero de pronto, la humedad irrumpió
para desarmar mis cerrojos. Ya abierta:
¿qué haré con el hambre de tu luz?

Desprendida de los bordes de la noche, busco.

Palabras en la Orilla Poema nº 3




Cobijada a la sombra de este Sur,
aferrada a un poco de música,
a las comas, a las pausas,
a las fechas alineadas de los aniversarios,
trazando la condena del recuerdo,
esperaba el timbre de tu voz
para amanecer, otra vez, de mis entrañas.

Palabras en la Orilla Poema nº 4


Llegaste a mi pequeña vida color malva
y se detuvo el fluir de la corriente.

Sobre el limo del fondo
estaban depositados los añicos,
las miradas,
las palabras nocturnas,
las huellas del remolino.

Hasta ese momento,
aquel río invisible no era transparente.
Perdidos en sus aguas opacas,
dormían
tu recuerdo y mi alma.

Palabras en la Orilla Poema nº 5


Tengo la memoria deshollada:

tus manos arrancaron mi piel
y ardo,
desnuda entre tus dedos.

Ya nada me protege de amarte.
No tengo párpados,
ni labios.
Se perdieron mis uñas en la arena,
mis mejillas volaron, florecidas en el viento.

Ni siquiera una delgada película de palabras
permanece.

Y sin embargo, atesoro esta esperanza:

¡Que mi lengua resucite
cuando se acerque tu aliento!

¡y tus caricias me cubran de pájaros,
y tus gotas de lluvia restauren mi pulso!

Entonces,
cuando tu calor hunda sus raíces en mi cuerpo
y tu sabia humedezca mis secretos,
ya no temeré
despojarme a tu deseo.

Palabras en la Orilla Poema nº 6


La música
era tuya.

Yo, tenía los colores.

Las palabras,
debimos esculpirlas cada uno
tallando la propia oscuridad.